domingo, 1 de diciembre de 2013

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Imperio Romano: 

Se llama Imperio a la ultima etapa de la historia romana, en la que roma fue gobernada por emperadores. Estos implantaron un gobierno absoluto, concentrando en su persona todos los poderes: políticos, militares, religioso y administrativos. Esta etapa se inicio en el año 29 a.c. hasta el año 476 d.c. debido a las invasiones barbaras del siglo V.

Ubicación Geográfica:

El territorio del Imperio Romano Abarcaba tres continentes: Sur y Oeste de Europa, el Oeste de Asia y el Norte de Africa. Dentro de sus limites quedaron: Britania, Galia, España, Suiza, los paises situados al sur del Rio Danubio, Italia, Grecia, Turquia, Asia Menor y el Norte de Africa.


Surgimiento del Imperio Romano

Octavio gobernó Roma junto con Marco Antonio, hasta que consiguió deshacerse de él, en la última de las guerras civiles que asolaron la República.
Despues de vencer a Marco Antonio en Egipto, donde reinaba Cleopatra, Octavio quedo dueño absoluto del mundo romano. El pueblo y el Senado le rindieron grandes honores y le dieron los siguientes titulos: Imperator, Gran Pontifice, Principe del Senado, Augustus (persona sagrada) y, por ultimo, Cesar.
El Siglo I d.C., siguiendo el reinado de Augusto, fue una época de gran expansión para el Imperio.



Todos eran conscientes de que Augusto se proponía ocupar el poder en solitario, pero él, astuto y prudente, nunca lo proclamó abiertamente. 

Respetando la idiosincrasia romana, que detestaba profundamente la monarquía, Augusto supo combinar con inteligencia tradición y renovación al crear el Imperio, una nueva forma de gobierno en la que el emperador no sería un rey, ni un tirano, sino el primero de los senadores, destinado a velar por el bienestar de todos.



Reformas en el Imperio

A. Reformas Políticas :


  • El emperador, era la máxima autoridad política, religiosa y militar, proponía y hacia nombrar a los funcionarios, quienes obedecían sus directivas.
  • El Senado, eran sumiso. "Se les gana o se les extermina".
  • Las Asambleas, eran puras formalidades, al igual que las funciones de las otras magistraturas.
  • Las Prefecturas, eran las instituciones encargadas de velar por el bienestar de la población.


B. Reformas Sociales:


  • La Nobleza, como siempre, poseía el poder económico; pero, en lo político, era sumisa al emperador.
  • La clase media había desaparecido. Aumento, en cambio, la de los plebeyos, que en su gran mayoría eran desocupados y se conformaban con las donaciones que les daba el gobierno, en dinero, cereales, agua, juegos y espectáculos públicos.
  • A los burgueses se les gano fácilmente, dandoles cargos en el Senado, puestos de inspectores financieros, gobernantes de provincias menores y prefecturas.
  • Los esclavos, habían aumentado por las guerras de conquista. Estos se dedicaban a los servicios domésticos, a la agricultura, la minería, la artesanía y las grandes construcciones.


C. Reformas Economicas:


  • El latifudio, es decir, la concentración de la propiedad rural, arruino a la agricultura, porque el campesino sin tierra empezó a migrar hacia Roma. ante esta situación los romanos se vieron obligados a importar el trigo, a precio mucho más bajo.
  • La minería prospero gracias a las provincias conquistadas, ricas en minerales, y a la disponibilidad de gran cantidad de esclavos en los mercados.
  • El comercio se intensifico con la construcción del puerto de Ostia, por donde se desembrcaban los productos del Occidente; y del puerto de Pozzoli, para los productos del Oriente.







Durante varias generaciones, el Imperio estuvo gobernado por emperadores extraordinariamente capaces. Los reinados de estos hombres fueron largos y prósperos, y cuando morían, la sucesión tenía lugar pacíficamente, cediendo su lugar al más capacitado para ejercer el poder.

De hecho, el siglo II es conocido como el siglo de Oro del Imperio Romano. Durante esta centuria se extendió por todas partes una sensación de plenitud y perfección. Se construyeron acueductos, nuevas calzadas y grandes edificios públicos. El Imperio se podía recorrer de punta a punta sin temor a los bandidos y a la prosperidad económica se sumó un extraordinario florecimiento cultural.



Declive del Imperio

Marco Aurelio, que fue también un magnífico gobernante, comenzaron a aparecer los primeros síntomas de que la Edad de Oro estaba llegando a su fin.

Los bárbaros, ansiosos por alcanzar las riquezas de Roma, asediaba, n todas las fronteras del Imperio. 
 El Imperio, que había alcanzado con Trajano su máxima expansión, comenzará a contraerse a partir de Marco Aurelio, a partir de este momento, cada derrota supondría la pérdida de una parte de sus dominios.



Con el reinado de Cómodo acababa la Edad de Oro del Imperio y comenzaba la Edad de Hierro. Su primera decisión fue firmar apresuradamente la paz con los bárbaros. De regreso a Roma, Cómodo dio rienda suelta a su carácter violento y a sus delirios de grandeza: quiso que los romanos le rindieran culto como a Hércules, cambió a su antojo los nombres de los doce meses, e incluso el de la propia Roma.




El siglo III. En él se sucedieron medio centenar de emperadores, algunos de los cuales permanecieron apenas unos días en el trono, los bárbaros asediaban las fronteras, y las provincias se sumían en el caos. Por momentos llegó a parecer que el Imperio había llegado a su fin.
Sin embargo, un oscuro general de origen humilde, Diocleciano, consiguió tomar de nuevo las riendas del poder con mano firme.

Diocleciano se percató de que un solo emperador no era suficiente para atender todas las necesidades del Impero y decidió dividir sus dominios en dos.Cada parte del imperio sería gobernada por un emperador, con el título de augusto, que a su vez tendría a una especie de vice-emperador, llamado César.



Con ciertas modificaciones, sus reformas fueron mantenidas y continuadas por Constantino. Pero el reinado de este emperador merece una atención particular por dos hechos fundamentales:

1) El año 313 d.C. Constantino declaró la libertad de cultos
2)Fundó la nueva ciudad de Constantinopla, capital imperial





Finalmente, el año 378 subió al trono el hispano Teodosio, llamado el Grande. Obligado a defender las fronteras sin disponer apenas de tropas, Teodosio comenzó a servirse de forma masiva de soldados bárbaros. Además, Teodosio convirtió el Cristianismo en religión oficial de Roma, al tiempo que prohibía la práctica del paganismo. La Iglesia y la fe de Cristo se identificaron con el Imperio, y los cristianos, comenzaron a ocupar los altos cargos de la administración.

Buscando una última solución desesperada a los problemas del Imperio, Teodosio decidió repartirlo a su muerte (395 d.C.) entre sus dos hijos, dando comienzo a la histórica división, que será ya definitiva, entre Oriente y Occidente. El imperio de Occidente quedó a cargo de Honorio, y el de Oriente en las manos de Arcadio.



Invasiones barbaras

La división del Imperio en dos mitades, a la muerte de Teodosio, no puso fin a los problemas, sobre todo en la parte occidental. Burgundios, Alanos, Suevos y Vándalos campaban a sus anchas por el Imperio.

Los dominios occidentales de Roma quedaron reducidos a Italia y una estrecha franja al sur de la Galia. Los sucesores de Honorio fueron monarcas títeres, manejados a su antojo por los fuertes generales bárbaros.

El año 402, los godos invadieron Italia, y obligaron a los emperadores a trasladarse a Rávena, rodeada de pantanos y más segura que Roma y Milán

En el 410 las tropas de Alarico asaltaron Roma. Durante tres días terribles los bárbaros saquearon la ciudad, profanaron sus iglesias, asaltaron sus edificios y robaron sus tesoros.
Finalmente, el año 475 llegó al trono Rómulo Augústulo. Su pomposo nombre hacía referencia a Rómulo, el fundador de Roma, y a Augusto, el fundador del Imperio. En efecto, sólo un año después de su acceso al trono fue depuesto por el general bárbaro Odoacro, que declaró vacante el trono de los antiguos césares.

Así, casi sin hacer ruido, cayó el Imperio Romano de Occidente, devorado por los bárbaros.







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