La República Romana fue un periodo de la la civilización romana antigua caracterizado por una régimen de gobierno republicano . Se inició con el derrocamiento de la Monarquía Romana, 509 a. C., y duró más de 450 años.
La República Romana se rige por un constitución compleja, que se centró en los principios de una separación de poderes, controles gubernamentales , equilibrios de poder. La evolución de la República Romana fue fuertemente influenciada por la lucha entre la aristocracia, patricios, Y los romanos con riquezas, pero que no eran de familias nobles.
La palabra República viene de las voces latina Res : Cosa ; Pública : Pueblo. corresponde así, del año 509 al 29 a.c., periodo en el cual Roma alcanza su mayor esplendor y poderío. En esta Época el ejercito romano impone su autoridad y dominio en una extensa zona del mundo conocido. En este proceso de expansión impone el sello de su cultura, también debemos anotar que la ambición por el poder y la riqueza se hizo presente en numerosos caudillos, que solo habrían de culminar ya con el establecimiento de un régimen imperial.
Organización Política
Durante la República en Roma muchos funcionarios e instituciones propias del régimen monárquico, desaparecieron, pero otras se adaptaron para servir mejor al gobierno del pueblo.
Organización Política
Durante la República en Roma muchos funcionarios e instituciones propias del régimen monárquico, desaparecieron, pero otras se adaptaron para servir mejor al gobierno del pueblo.
1. Los Cónsules: Fueron en numero de dos, elegidos anualmente por la asamblea popular. Ejercieron casi los mismos poderes que le habían correspondido al Rey durante la Monarquía Romana, o sea la dirección suprema en paz y guerra, la consulta de los dioses, la convocatoria del Senado y de la Asamblea Popular, así como la administración de justicia. Los cónsules se controlaban mutuamente, siendo, por ello, difícil que uno usurpase el poder y se convirtiese en Tirano. Al abandonar el cargo de Cónsules debían dar cuenta de su gobierno ante la Asamblea.
2. El Senado: Que ya había funcionado en la Monarquía Romana, ahora, durante la República, no solo mantuvo su serie de atribuciones, sino que se afianzo definitivamente como un organismo consultivo que oriento y aconsejo el gobierno de Roma, dirigiendo el ordenamiento interior y la actuación en el exterior de la política romana.
3. Las Asambleas: Reciben también el nombre de comicios y fueron de tres clases:
Asamblea Curial: Reunión de patricios que comprendían 30 curias, en cada una de las cuales se votaba por cabeza para obtener, así, la opinión de la mayoría. Constituyó la asamblea más antigua.
Asamblea Centurial: Reunión de ciudadanos bajo sistema militar y agrupados de cien en cien, teniendo cada agrupación un voto. Se reunían en el Campo Marte bajo la presidencia de los cónsules; dictaban leyes y tenían a su cargo la elección de los mismos cónsules.
Asamblea Tribal: Era la reunión de la plebe, pero agrupaba en tribus. Sus acuerdos tenían fuerza de ley y se llamaban Plebiscitos. Además, dentro de sus atribuciones durante la República, se contaba la de nombrar a los Tribunos de la Plebe.
De monarquía a República
Tras la expulsión de los reyes y la instauración de la República, en el año 509 a.C., el poder en Roma recayó sobre los patricios, que formaban el Senado y que eran elegidos por los ciudadanos para los distintos cargos públicos.
Teniendo en cuenta el funesto recuerdo que había dejado en los romanos el poder absoluto de los reyes, las instituciones republicanas fueron cuidadosamente diseñadas para que ningún hombre tuviera un poder excesivo. El gobierno lo ejercían siempre dos cónsules, que se renovaban de año en año.
Fue en ese momento, al comienzo mismo de la República, cuando las conocidas siglas SPQR, Senatus Populusque Romanus, “El senado y el pueblo romano” se convirtieron en la divisa de Roma, significando que todo se hacía en nombre de los dos grandes poderes que en teoría gobernaban la ciudad: el senado de patricios, y las asambleas de ciudadanos plebeyos, encargadas de elegir a los cargos públicos.
Conflicto
Sin embargo, esta aparente unidad escondía una profunda fractura interna que a punto estuvo de destruir la República ya en sus inicios. Los patricios, disfrutaban de numerosos privilegios: sólo ellos podían formar parte del Senado, y sólo ellos podían desempeñar cargos públicos.
A los plebeyos, que pagaban sus impuestos y acudían al ejército cuando se les convocaba, tan sólo les correspondía reunirse cada año para elegir a los magistrados entre los candidatos que presentaban los patricios.
Primera Ley
Medio siglo después de estos episodios, en el año 451 a.C., los plebeyos obtuvieron una nueva conquista: diez hombres sabios elegidos entre los romanos redactaron la Ley de las Doce Tablas, que se convirtió en la primera ley escrita de Roma. Hasta entonces habían sido los jueces patricios quienes aplicaban la ley, basándose en las normas no escritas de la costumbre, lo que permitía todo tipo de arbitrariedades.
Fin de Roma República
Los romanos habían dispuesto sus leyes para evitar que un solo hombre ostentara el poder absoluto, pero los generales romanos se habían vuelto demasiado poderosos. Apoyados en sus legiones y en los recursos de las provincias que gobernaban, pugnaban entre sí para hacerse con el poder en solitario. Primero Mario y Sila, después Julio César y Pompeyo, sumieron el Mediterráneo en un baño de sangre.
Al final de este periodo convulso destaca la figura gigantesca de Julio César: el hombre que, por fin, consiguió concentrar en su mano todos los poderes políticos de forma indefinida. Pero Roma, orgullosa de su tradición republicana, no estaba madura para semejante cambio, y Julio César fue asesinado por un nutrido grupo de senadores en el año 44 a.C.
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