viernes, 6 de diciembre de 2013

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Se da el nombre de Guerra de los Cien Años al largo conflicto que sostuvieron los reyes de Francia e Inglaterra entre 1337 y 1453 exactamente 116 años. En realidad fue una extensa serie de choques militares y diplomáticos, caracterizada por breves campañas bélicas y largas treguas.

Esta fue la primera gran guerra europea que provoco profundas transformaciones en la vida economica, social y politica de Europa occidental. El reino de Francia fue apoyada por los reinos de Escocia, Bohemia, Castilla y el papado de Avignon. Inglaterra tuvo como aliados a Flandes, reinos alemanes y a Portugal.


Causas de la Guerra

a) La posesion de vastas comarcas de Francia por la corona inglesa, lo que obligo a Francia a unificar el territorio y acabar con el feudalismo, expulsando a los ingleses.
b) Inglaterra necesitaba de sus dominios continentales que le proporcionaban recursos para su economia.
c) Las pretensiones de los reyes de Inglaterra a la corona de Francia, debido a los complejos entroques familiares de la epoca.
d)La principal fue el control de la rica Guyena o Gascuña.

 Felipe VI procedió a la tercera confiscación de Guyena. Eduardo III rompió entonces el homenaje prestado en 1329 y reclamó el trono de Francia. La cuestión dinástica, menor hasta esa fecha, adquirió entonces un papel esencial al convertirla Eduardo III en la única forma de asegurar el vital dominio inglés sobre Guyena.



Primera Etapa de la Guerra

Para asegurar la protección del ducado de Guyena, Eduardo III necesitaba enviar refuerzos a Burdeos. Tomando Flandes como centro de operaciones, se instaló en
Bramante, inició las expediciones bélicas con campañas de devastación sobre el Cambrésis, Vermandois y otras comarcas francesas.

Felipe VI, consciente de su inferioridad militar,rechazó la batalla presentada por su adversario y esperó el agotamiento de sus medios financieros. Sin embargo, Eduardo consiguió un nuevo subsidio del Parlamento y pudo formar un ejército cuyo destino era Flandes. 

El de Valois mandó a la flota normanda para que detuviese a Eduardo, pero la batalla naval, que tuvo lugar frente al antepuerto de Brujas, se decantó del lado de su enemigo. La tregua de Esplechin y la mediación pontificia no lograron resultado alguno y en 1345 la guerra se volvió a abrir en todos sus frentes.

Eduardo III abandonó la presión sobre Flandes y lanzó su ejército hacia Guyena, lo que tuvo como resultado la conquista de una serie de plazas, entre ellas Angulema, aunque algunas de estas plazas fueron recuperadas el año siguiente.




Los ingeses se apoderaron sin dificultad de Caén y otros puntos y llegaron hasta las proximidades de París.

Felipe VI decretó laleva general y después lanzó su ejército contra los ingleses, muy inferiores en número. El enfrentamiento tuvo lugar en Crecy, e l26 de agosto de 1346. 

Parece ser que la causa de la victoria inglesa fue la disciplina con que el Plantagenet hizo distribuir a sus tropas, frente a la anarquía que imperaba entre las tropas del de Valois, que fueron prácticamente aniquiladas por los arqueros de el Príncipe Negro.



Después del descalabro de Crecy, el rey de Francia quiso evitar el enfrentamiento directo y buscó atacar la retaguardia del Plantagenet: lanzó a David Bruce de Escocia sobre el norte
de Inglaterra, pero sus tropas fueron derrotadas en Neville ́s Cross, cayendo prisionero el monarca escocés.



Durante los cinco primeros años de su reinado, el nuevo monarca francés, Juan II el Bueno, tomó mediadas en orden a reforzar el ejército para evitar otra derrota como la de Crecy,

Apareció entonces en escena un nuevo personaje que desestabilizó las fuerzas y que durante años sería el árbitro de la política francesa: Carlos de Evreux, rey de Navarra. Carlos de Navarra volvió a reconocer a Eduardo III como rey de Francia y le ofreció sus tierras para un futuro desembarco, claro está, a cambio de nuevas concesiones. 

Pero aunque Eduardo III marchó desde Calais a Amiens, rehusó un enfrentamiento abierto; mientras tanto, en el Mediodía, el Príncipe Negro realizó una devastadora cabalgada desde Burdeos hasta Beziers


La situación empeoró para los franceses después de que Felipe de Evreux, hermano del rey de Navarra, solicitase la ayuda de Enrique de Lancaster, lugarteniente de Eduardo III en Francia, cuando el Valois hizo encarcelar a Carlos de Navarra. 

El remate a todo ello vino con la nueva cabalgada del Príncipe Negro, esta vez en dirección norte; Juan el Bueno le persiguió y, con un ejército muy superior, le hizo presentar batalla en Maupertuis, cerca de Poitiers, donde el heredero de la Corona inglesa consiguió una victoria muy similar a la de Crecy y en la que el propio Juan II, que se negó a huir, fue capturado.


La derrota de Poitiers no había hecho sino aumentar el descontento hacia la monarquía que ya había sido puesto de manifiesto en los Estados Generales.

Carlos de Navarra fue liberado a finales de 1357 y el delfín se vio obligado a entregarle todos sus antiguos dominios y a prometerle futuras compensaciones en Champaña o Normandía.

Carlos de Normandía había conseguido de Eduardo III una tregua que había de durar entre marzo de 1357 y abril de 1359.

 Eduardo III desembarcó en Calais y marchó hacia la conquista de Reims, donde pensaba ser coronado rey,según el viejo ritual de los monarcas franceses. Pero la ciudad resistió.

Las conversaciones del delfín Carlos y del príncipe Eduardo, celebradas en Bretigny en cuya virtud Eduardo III renuncia a la corona francesa a cambio de las propiedades de Calais y los territorios al sur del Rio Loira. Eduardo III hacía a su vez la paz con Luisde Male, conde de Flandes, y Juan el Bueno se reconciliaba con Carlos de Navarra.



El Triunfo Frances


Carlos V había heredado del reinado de su padre, era la guerra por Bretaña, que duraba ya más de dos décadas y no se había extinguido con la paz de Calais.

Éste envió a Bertrand du Guesclín a enfrentarse contra las tropas inglesas de Robert Knolles y John Chandos. En la batalla entre ambos ejércitos, que tuvo lugar en Auray en la que resultó muerto Carlos de Blois y du Guesclín cayó prisionero.



Tomando ejemplo del propio Eduardo, Francia decidió aplicar sus mismas tácticas anfibias y navales. Comenzaron entonces, a partir de 1360, a hacer rápidas y devastadoras incursiones contra la costa meridional de Inglaterra, que culminaron en el saqueo e incendio de Winchelsea. 

Dado el buen resultado, siguieron con este tipo de operaciones, y los ataques anfibios se convirtieron en la pesadilla de las guarniciones y población civil inglesas costeras por lo menos hasta 1401. Descubrieron además que Eduardo comenzaba a hacer regresar sus tropas para defender sus islas, y los campesinos franceses vieron disminuir las espantosas chevauchées británicas. 

Así, los pocos ingleses que aún recorrían la campiña francesa hubieron de retroceder progresivamente.A pesar de la victoria en su propio país, Francia pagó muy cara la expulsión del invasor en esta etapa de la guerra. Mandaban los ejércitos el delfín Carlos. Su condestable, el ambicioso e inteligente Bertrand du Guesclin, le aconsejó no enfrentarse en campo abierto, sino recurrir a una política de hostigamiento de las columnas inglesas en retroceso, dejando ante ellas solamente tierra arrasada.



La guerra alcanza su mayor extensión en esta época, al rebasar por primera vez los límites de Francia. Así, en 1367, los ingleses del Príncipe Negro auxilian a Pedro I de Castilla en la Batalla de Nájera, mientras que su hermanastro Enrique recibe la ayuda de caballeros franceses dirigidos por el propio Bertrand Du Guesclin. 

La victoria final de Enrique en la Guerra Civil Castellana brindará a Francia un poderoso aliado en el plano naval que destruye la escuadra inglesa en La Rochelle.



Inglaterra quiso, entre 1360 y 1375, tomar la iniciativa de una guerra que la estaba devorando, pero la suerte había cambiado de bando y favorecía ahora a los franceses. Los estrategas ingleses, Sir Ricardo Knolles en 1360 y Juan de Gante en 1363 formaron cuerpos expedicionarios que atacaron el continente, pero fueron masacrados por los defensores franceses. 

El rey Eduardo había muerto, y su sucesor, Ricardo II de Inglaterra, volvió a sufrir la maldición que había perseguido a todos los reyes niños: tensiones políticas, convulsión social, una fiera lucha por la sucesión o al menos la regencia, todo ello envuelto en el espantoso caos de una guerra internacional que amenazaba con extenderse por toda Europa. 

Asesinado Ricardo por Enrique de Lancaster en 1399, los vientos de guerra rotaron una vez más. 

Desde hacía una generación entera Inglaterra sólo sufría derrotas frente a Francia, pero, de pronto, los desembarcos en las islas comenzaron a ser rechazados y los ingleses invadieron Francia con moderado éxito en tres oportunidades: en 1405, 1410 y 1412. Enrique de Lancaster fue coronado como Enrique IV de Inglaterra después del derrocamiento de Ricardo II, y será su hijo, Enrique V, el encargado de llevar la guerra nuevamente al corazón de Francia. 

Triunfo Ingles

El nuevo rey comprendió de inmediato que, derrotados los enemigos Escocia y Gales, tenía que volver su atención hacia Francia de inmediato, o Inglaterra sería aplastada. Rodeándose de hombres adictos y capaces, se dispuso entonces a una guerra en pleno territorio del rey francés. 

Apenas coronado, Enrique intentó, pese a todo, evitar la guerra con Carlos VI. Le ofreció casarse con la hija de aquél. Mientras negociaban, ambos monarcas armaban grandes ejércitos en previsión de una traición. Las tentativas de paz se rompieron por fin en la primavera de 1415 y Enrique decidió ejecutar su plan: una invasión en toda regla del reino francés. 

Luego de poner sitio y conquistar Harfleur, Enrique marchó hacia Calais. Pero los franceses no estaban ociosos: el anciano mariscal francés Duque de Berry recibió la orden de interceptar a Enrique.


Luego de escasa media hora de combate, la victoria inglesa es total. Los de Enrique poseen ahora incontables prisioneros, y calculan anhelantes los suculentos rescates que recibirán. 

A primera hora de la tarde, sin embargo, Enrique toma una decisión que ha sido cuestionada, Al recibir noticias de que su campamento había sido atacado, ordena la matanza de todos los prisioneros, que son atacados con hachas por sus guardianes y asesinados en escasos minutos. 

Esta batalla, inició la decadencia de las grandes formaciones de caballería. Marcando un antes y un después en las guerras europeas. Y es a partir de esta batalla, cuando los ejércitos medievales, comienzan a dar mayor peso a las infantería ligera, reduciendo la infantería pesada. 

Sin embargo, Enrique no pudo aprovechar la increíble victoria contra un enemigo que lo duplicaba en número. Enrique no poseía alimentos ni pertrechos para continuar la campaña inmediatamente, por lo que retrocedió hasta Calais para embarcarse a Inglaterra


De haber podido continuar hasta París y auto coronarse rey, es probable que la Guerra de los Cien Años hubiese terminado antes del fin del invierno. Sin embargo, continuaría otros 38 años. 

En 1420, el vencido Carlos VI se vio obligado a aceptar el Tratado de Troyes, que deshacía los términos del Tratado de París, casaba a Enrique V con la hija de Carlos y reconocía al monarca inglés como heredero al trono francés tras la muerte del rey. 

Juana De Arco


Una joven iletrada nacida en Domrémy, llamada Juana de Arco, creía haber sido elegida por Dios para librar a su país de los persistentes saqueos de los ingleses. Aún no había cumplido los veinte años de edad y carecía de educación formal, pero algunos nobles la creyeron y la presentaron en la Corte. 

El Delfín y la Corte no tenían ninguna intención de dejarse dirigir por aquella joven campesina y sus partidarios, pero necesitaban desesperadamente algún triunfo propagandístico que restableciese ante los ojos del pueblo la confianza en la victoria y señalase el apoyo divino a la causa del heredero francés. Tras una conversación privada con Juana, Carlos le ayudó a reunir un grupo de soldados, con los que liberó en 1429 a Orleans del asedio británico. 



La victoria de Juana motivó y concienció a soldados y campesinos franceses y les mostró un camino a seguir y un jefe (una jefa) a quien imitar. A este triunfo de la "Doncella de Orleans" siguieron otros, como la decisiva batalla de Patay, y además los de Troyes, Chálons y Reims, donde, en presencia de la joven, Carlos VII fue formalmente coronado.



Ahora ya Carlos y su corte podían limitar la actuación de la impredecible Juana. Juana se dio cuenta del aislamiento a que la sometían y la telaraña que se tejía a su alrededor animándola a ingresar en un convento. Trató entonces de fortalecer su posición con algún nuevo éxito militar, pero su campaña comenzó a caer en una espiral descendente: fue derrotada en París y Compiègne y finalmente, ya en desgracia, fue capturada por el duque de Borgoña, Felipe. 


Los jefes militares franceses, envidiosos del éxito de la niña, habían estado conspirando a sus espaldas. Temían el ascendiente que Juana estaba tomando sobre el rey .
Deseaban ser ellos los protagonistas de la victoria y no que el pueblo achacase todos los éxitos a una joven profetisa. Entregada a los ingleses, fue procesada por la Inquisición bajo la acusación de hechicería, condenada a muerte y ejecutada en la hoguera en Ruán.


Fin de la Guerra

La situación se volvía complicada. Francia tenía ahora dos reyes. Coronado Carlos VII en Reims, los ingleses entronizaron en París a su propio Rey, Enrique VI, apoyado solamente por Felipe de Borgoña. Con inteligencia, los franceses partidarios de Carlos llegaron a un acuerdo con Felipe, remarcando aún más el aislamiento en que se encontraba Enrique. 

Este episodio sucedió en 1435 y se conoce como Paz de Arras. Inglaterra necesitaba imperiosamente a Borgoña como aliado militar.

Carlos VII, reestructurando profundamente al ejército francés, logró dotar a su corona de un ejército permanente por primera vez en la historia. Francia lograba así una fuerza militar profesional.



Los ingleses no eran el único problema de Carlos VII. El hambre y las pestes venían persiguiendo a su dinastía desde el principio mismo. Esta crisis se había ensañado particularmente con Francia y afectaba en especial la producción agrícola, las fábricas artesanales y el comercio. Carlos consiguió sortear el peligro que amenazaba aislarlo y dejarlo sin poder.

Para acrecentarlo, estableció una ventajosa alianza con Suiza y con varios estados de Alemania. A pesar del respiro que este apoyo le procuró, sin embargo, era consciente de que continuaba gobernando un país inestable, muerto de hambre, que ya casi no producía cereales, cercado por la peste y con la siempre presente espada de Damocles representada por su poderoso vecino inglés que en cualquier momento podía decidir invadirlo y atacar de nuevo. 



Su enemigo no se encontraba en mejor forma: de la soberbia victoria en Agincourt habían pasado a la humillante derrota de París. Enrique VI era aún menor de edad, y enfrentaba los mismos problemas que Carlos. Buscando descomprimir la situación internacional, el jovencito solicitó y obtuvo la mano de Margarita de Anjou, sobrina de su rival Carlos VII. 

Sin embargo, de las dos facciones en que se habían dividido los ingleses, una estaba en favor de la paz. Pero la otra preconizaba la guerra y su prosecución hasta la victoria. Enrique VI comenzó a seguir los pasos de Carlos VI, el enemigo de su padre. Poco a poco comenzó a evidenciar síntomas de locura, que pronto se convirtieron en una clara, permanente e incapacitante demencia. 

Las reformas y mejoras realizadas por Carlos VII rindieron sus frutos: lentamente la presión francesa comenzó a hacer retroceder al enemigo y fue poniendo sitio y reconquistando, paso a paso, todas las posesiones inglesas en tierra francesa. Sin el apoyo borgoñón, los ingleses debieron entregar Normandía en 1450 y la preciada Aquitania en 1453. Para ese año, que hoy se considera el del final de la guerra.

Consecuencias de La Guerra de los Cien Años


  • - Unificación de los Paises Bajos.
  • - Hegemonia maritima de Castilla.
  • - Consolidación de la monarquia especialmente en Inglaterra y Francia, y abandono de las formas políticas medievales.
  • - El largo período de guerras dejo muy debilitado a la nobleza francesa , ya que, a medida que los nobles morían, sus feudos iban pasando para el dominio del Rey, debilitando el sistema feudal.
  • - Definitiva unidad nacional y política en Inglaterra y Francia.
  • - La Guerra de los 100 Años contribuyo al afianzamiento del poder de la Dinastia Valois en Francia, allanando el camino para las llamadas Monarquias absolutistas.
  • -Los conflictos han dejado un saldo de miles de muertos en ambos lados, y la devastación sin precedentes de los territorios y la paralización de la producción agrícola en Francia.
  • - Reemplazo de la caballería medieval por la infantería.
  • - Aparición de la artillería: todo tipo de armas de fuego.
  • - Reclutamiento de mercenarios y aparición del ejercito profesional.
  • -La construcción de una identidad nacional entre los franceses.
  • - Definitiva desaparición del feudalismo.
  • - Creciente papel de la burguesía que presto cada vez más apoyo en lo económico y en lo cultural a los reyes.
  • - Podemos decir que la Guerra de los Cien Años marca el final de Edad media y anuncia el advenimiento de los Edad Moderna.





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